viernes, 15 de abril de 2011

Umgat. ♥

Supongo que no es malo dejar un tiempo a alguien, cuando ese alguien no está conforme con sigo mismo.
Dejar que se valla no es malo precisamente, y dejar que se valla para saber lo que realmente quiere tampoco.
Así que ahora yo devía de hacer lo mismo. Empezar de cero.
Tenía una nueva vida sin el delante de mis ojos, en un bonito lugar, con una casa en la que me sentía conforme.
Me engañaría a mi misma si hiciese falta.
Recuerdo perfectamente que era él el que parecía seguro, y yo la que no sabía que era lo que quería. Y ahora las cosas habían cambiado, un giro de tuerca.
George se había ido. Ha seguir como antes, pero en otro lugar. A vivir en su mundo.
Me costaba pensar en que había pasado ya medio año desde que sucedió todo;
El golpe en el bosque, el cristal roto de mi vieja puerta, el camino de vuelta del hospital, un cuarto lleno de recuerdos de papel,...
Pero todo eso había quedado atrás.
Pensaba que se estaba comportando como realmente era, pero no fue así.
Me levanté una vez más, y salí al jardín que ahora me pertenecía, pero al que yo no quería que me perteneciese.
Me parecía apagado. Ya no había flores, y el cesped estaba descuidado. Además, pronto llegaría el frio y se habría perdido del todo.
Me quedé sentada allí, casi toda la tarde, leyendo un pequeño libro que había encontrado en una estantería de la habitación de sus padres.
Pero me distrajo Even.
- Hola -saludó-
(Era un antiguo amigo suyo, y al parecer ahora mío también, era bastante agradable)
- Hola Even -le sonreí-
- ¿Que lees? -dejó de lado preguntarme que qué tal estaba, y se lo agradecí-
- No lo sé, me lo he encontrado en una estantería.

Sonrió y agitó la cabeza.
Se sentó a mi lado, y empezó a leerlo también. Hasta que decidí cerrarlo.
Todo eso me parecía demasiado monótono.
- ¿Vienes al bosque? -le pregunté-
Se levantó de un salto y se colocó los pantalones caidos, luego empezamos a caminar. Cogí mi cámara de fotos, y cuando llegamos a una zona despejada empecé a sacarlas.
Me estaba divirtiendo, sin necesidad de nada.
Empecé a tararear la canción que me había aprendido hace poco, de tanto escucharla, y Even coreó mi voz.
Al parecer era conocida.
Me reí por como desafinaba a propósito.
Y el también.
- Déjame ver las fotos -pidió-
Le entregué la cámara, y las ojeó mientras sonreía por algunas.
- Son bastante buenas -aprovó-
- Gracias -hice una mueca-
- ¿Has aprendido sola?
- Básicamente sí, antes me ayudaba mi padre, pero cuando se fue seguí por mi cuenta. -expliqué-
Sonrió mostrando los dientes.
- Pues deverías dedicarte a eso mas tarde.
Asentí mientras sonreía al repasarlas yo también.
A mí no me parecían tan buenas. Aunque algo había mejorado.


Fuí a imprimirlas y luego las pegué en el cuarto, tapando algunas viejas que había.
Eso me hizo sentir mejor.
Supongo que era un paso más que dar.
Se fue por la tarde y comimos juntos, se quedó un rato después para ver una película. No era muy buena, de zombies y poco más, pero me gustó.

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